La pregunta de si un project manager (PM) "se nace o se hace" es un debate interesante, ya que implica considerar si las habilidades y competencias necesarias para gestionar proyectos son innatas o si se pueden desarrollar a lo largo del tiempo a través de la educación y la experiencia. Analicemos ambos enfoques:
Project Manager: ¿Se nace?
Este enfoque sugiere que algunos individuos tienen características innatas que los hacen naturalmente aptos para ser project managers. Algunas de estas cualidades podrían ser:
Liderazgo natural: La capacidad de influir y motivar a los equipos sin necesidad de una autoridad formal.
Organización y estructura mental: Un sentido innato de orden y planificación, esencial para manejar múltiples tareas y plazos.
Resolución de problemas: Algunos pueden tener un pensamiento crítico y capacidad para resolver problemas rápidamente de forma intuitiva.
Capacidad de comunicación innata: Ser capaz de expresar claramente ideas y liderar discusiones constructivas desde temprana edad.
Project Manager: ¿Se hace?
El otro lado del argumento defiende que las habilidades de un project manager se adquieren a través del entrenamiento, la experiencia y la educación. En este enfoque, las personas pueden aprender a ser grandes project managers. Algunas maneras en las que esto ocurre son:
Formación académica: Existen cursos, certificaciones (como PMP o Scrum Master), y programas universitarios especializados en la gestión de proyectos.
Experiencia profesional: Gestionar proyectos pequeños al inicio y asumir gradualmente mayores responsabilidades ayuda a desarrollar las habilidades necesarias.
Habilidades técnicas: A través de la práctica, los PM pueden aprender el uso de herramientas y metodologías como Agile, Lean o Waterfall, que mejoran su capacidad de organización y seguimiento de proyectos.
Desarrollo de habilidades blandas: La comunicación efectiva, la negociación, la empatía y el liderazgo pueden perfeccionarse a través de la interacción constante con diferentes equipos y situaciones.
La realidad es que ser un project manager exitoso requiere de un equilibrio entre habilidades innatas y habilidades adquiridas. Si bien ciertos rasgos como la organización y el liderazgo pueden estar presentes desde una edad temprana, muchas de las competencias clave para gestionar proyectos, como el manejo de metodologías y la capacidad de gestionar riesgos, se adquieren a través del aprendizaje y la experiencia.
En lo personal por experiencia y conocimiento creo debe enfocarse en el hecho de que un project manager se hace, podemos profundizar en cómo las habilidades necesarias para la gestión de proyectos pueden desarrollarse a lo largo del tiempo. A continuación, les explico cómo alguien puede convertirse en un buen project manager a través de educación, experiencia y práctica continua.
1. Formación académica y certificaciones
Una de las primeras formas de hacerse un project manager es mediante educación formal y la obtención de certificaciones especializadas:
Carreras universitarias: Muchas universidades ofrecen carreras relacionadas con la gestión de proyectos, como administración de empresas, ingeniería industrial o sistemas de información, que proporcionan una base sólida en la planificación, liderazgo y organización.
Certificaciones: Existen certificaciones internacionales, como la PMP (Project Management Professional) del PMI®, que validan las competencias y conocimientos en metodologías, prácticas y técnicas avanzadas de gestión de proyectos. Otras certificaciones como Scrum Master son importantes para quienes gestionan proyectos en entornos ágiles.
Estas certificaciones no solo enseñan técnicas, sino que también proporcionan un marco de trabajo reconocido internacionalmente para abordar proyectos.
2. Experiencia práctica
Un project manager se va haciendo mejor a medida que adquiere experiencia. La experiencia es el principal maestro, y a lo largo de los proyectos se desarrollan habilidades clave como:
Gestión de riesgos: A través de la práctica, los PM aprenden a identificar, evaluar y mitigar riesgos potenciales antes de que impacten negativamente en el proyecto.
Resolución de problemas y toma de decisiones: La experiencia directa les enseña a gestionar problemas inesperados y a tomar decisiones rápidas y efectivas, lo que mejora su capacidad de respuesta ante desafíos.
Manejo de equipos: Trabajar con diferentes personas, desde ingenieros hasta diseñadores o equipos de marketing, enseña cómo liderar y motivar a equipos diversos y multiculturales, aprendiendo a adaptar su estilo de liderazgo.
3. Desarrollo de habilidades técnicas
Un buen Project Manager necesita dominar herramientas y metodologías que se aprenden con el tiempo. Entre las más utilizadas están:
Herramientas de gestión de proyectos: Software como Microsoft Project, Trello, JIRA o Asana facilitan la planificación, seguimiento y control de las tareas, el cronograma y los recursos.
Metodologías de gestión: A lo largo de su carrera, los project managers aprenden diferentes metodologías como Agile, Waterfall, Lean, o Kanban. La práctica permite identificar cuándo y cómo aplicar cada una para maximizar la eficiencia del proyecto.
4. Desarrollo de habilidades blandas
La inteligencia emocional, la comunicación efectiva y la capacidad para negociar son aspectos clave que un project manager desarrolla con el tiempo:
Comunicación: Aprenden a articular claramente los objetivos del proyecto, mantener a los equipos alineados y gestionar las expectativas de los stakeholders.
Negociación: Un Project Manager también se hace al perfeccionar la habilidad de negociar recursos, tiempos o prioridades con clientes, patrocinadores o miembros del equipo.
Liderazgo y manejo de conflictos: Con la práctica, los PM desarrollan un estilo de liderazgo que equilibra la autoridad con la empatía, ayudando a resolver conflictos dentro del equipo y manteniendo la moral alta.
5. Adaptabilidad y mejora continua
Un Project Manager exitoso entiende que la industria y las metodologías cambian, por lo que debe mantenerse en un proceso de aprendizaje continuo. Aprender de cada proyecto, ajustarse a las nuevas tecnologías, y recibir retroalimentación constante son formas en las que se hace un project manager de calidad.
Conclusión
Un project manager se hace mediante la formación continua, la adquisición de experiencia y la práctica constante. Si bien algunas habilidades innatas pueden facilitar el desarrollo de un buen PM, lo más importante es la voluntad de aprender y mejorar continuamente. Al final, la combinación de formación, práctica, y el desarrollo de habilidades blandas y técnicas es lo que convierte a alguien en un excelente gestor de proyectos.
A cerca del Autor: Alejandro J.Román
Esta obra está bajo licencia CC BY-SA 4.0
Comentarios